
El grupo conservero Calvo finalizó el ejercicio 2022 con una cifra de ingresos de 678 millones de euros, un 22% más que en 2021, según ha comunicado la empresa este jueves. Es la facturación más elevada desde el ejercicio 2013, lo que no ha evitado una contracción en sus márgenes y ebitda.
Calvo reconoce que su repunte de ventas “responde fundamentalmente al traslado parcial al precio de venta del aumento de costes que han experimentado todos los componentes de su cartera de productos”. Los costes se incrementaron un 32%, aunque no se trasladaron en su totalidad al consumidor, lo que produjo una caída de márgenes tanto en la actividad productiva como comercializadora. El precio del atún, de la energía, y del aceite, tanto de oliva como de girasol, fueron las partidas más castigadas. En este último caso, hay que recordar la crisis de oferta y suministro que sufrió el aceite de girasol tras el inicio de la guerra en Ucrania.
La empresa dice que decidió “no trasladar la totalidad del ingremento de costes al consumidor final”, lo que ha implicado una pérdida en el margen de beneficios, sobre todo en su actividad productiva y comercializadora. El ebitda fue de 51,6 millones, un 8% inferior al de 2021. El margen ebitda sobre ventas quedó en 2022 en un 7,6%, cuando en el ejercicio anterior superó el 10%.
El volumen de producto terminado comercializado fue de 100.357 toneladas, un 1% más, con Brasil como principal mercado, seguido de España e Italia. “2022 ha sido un año marcado por la inflación y el aumento de costes productivos. En línea con nuestro compromiso con la mejora continua, hemos trabajado para hacer más eficientes nuestros procesos conteniendo así el incremento de costes, que sólo fueron parcialmente transferidos al precio”, dice en una nota de prensa el consejero delegado, Mané Calvo. “Ha sido un año complejo, pero lleno de aprendizajes para todos”, añade.